¿Quién no recuerda su primera vez?
El nerviosismo que te impone el quedar bien te bloquea y te impide mostrar todo tu potencial, tu sabes que puedes dar mucho más, lo intuyes; y sin embargo, te sientes atenazada. Tu enfebrecida mente se bloquea con fuerza y no fantasea del modo que acostumbras. Tu ardiente cuerpo apenas alcanza a adivinar la respuesta que en él es habitual.
En este blog os hablaré de sexo. Os hablaré de mí, y espero servir de excusa para que me habléis de vosotras. Compartir experiencias, liberar mente y cuerpo, e inhibirse, para acercarse a una vida sexual plena.
Tenemos derecho a ella.
Pero hoy es la primera vez y tengo la sensación de no haberlo hecho tan bien como querría. Tan pendiente de tantas cosas, no me he podido concentrar en la esencia.
¿Os acordáis de la primera vez?